domingo, 1 de marzo de 2015

El renacimiento

Renacimiento se entiende como “renacer” de las formas olvidadas de la antigüedad clásica, que se contraponen a la “oscuridad” de la Edad Media, reinterpretándolas en torno a la proporción, unidad y al sentido clásico de belleza (entendido como cosmos, o sea, “orden”). Este retorno a la Antigüedad se concreta en el antropocentrismo o humanismo, alejándose del teocentrismo medieval. La valoración del individuo también comprende al artista, que se enorgullece de su obra, y reivindica un nuevo status: no es un artesano, sino un intelectual cuyas obras proceden de una reflexión teórica, a la que contribuye el conocimiento de las teorías y manuales artísticos de los antiguos romanos (Vitrubio y sus diez libros de la arquitectura, por ejemplo). Junto a la Iglesia, ahora aparece un fuerte mecenazgo civil (los Médici, los Montefeltro, los Sforza, Malatesta, o el papado), debido al prestigio que los artistas les aportarán. El Renacimiento se inicia en Italia en el Quattrocento (s. XV), y continúa en el s. XVI en el llamado Quinquecento (hasta 1527) y el Manierismo (hasta finales de siglo)





2. ARQUITECTURA DEL QUATTROCENTO.- En Italia, la presencia de los restos arquitectónicos romanos hizo que nunca se perdiera del todo la herencia clásica. Aunque los mejores ejemplos  (el Coliseo, el Panteón…, que por cierto se conservarán y se excavarán) se encontraban en Roma, fue en Florencia donde surgió una serie de intelectuales neoplatónicos (Marsilio Ficino, que estableció la igualdad verdad = belleza = Dios) que sentaron las bases de la nueva arquitectura (Lucca Paccioli en de divina proportione estudia el número áureo –1/1,61–

 y su aplicación a la arquitectura) y su relación con la armonía y el buen gusto. Todo esto se va a concretar en:
- el uso de elementos constructivos clásicos, pero no exactamente igual que en la arquitectura griega o romana. Los órdenes arquitectónicos (dórico, jónico, corintio, toscano…) se emplearán superpuestos (influencia del Coliseo). Se vuelve al arco de medio punto y a la bóveda de medio cañón (pero no la románica, sino la que imita las formas romanas), la de arista, y sobre todo, la cúpula hemisférica, de la que va a ser referencia la del Panteón de Roma. Tampoco faltan las cubiertas de artesonados que recuerdan las de las basílicas paleocristianas. Como en Roma, va a ser el muro el verdadero elemento sustentante, y la aportación de la columna va a ser frecuentemente decorativa.
- en las fachadas domina la horizontalidad, pero sin dar sensación de pesadez debido a la corrección en las proporciones: se utilizará el almohadillado en las plantas bajas de los edificios, pero el uso de muros lisos sobre éstas darán sensación de ligereza. Hay preferencia de la línea recta sobre las curvas, y se usará decoraciones con guirnaldas, medallones y esgrafiados.
- los interiores se decoran con motivos tomados de la Antigüedad Clásica romana, como grutescos (motivos decorativos descubiertos en la excavación –grotta– de la Domus Áurea de Nerón a finales del s. XV), candelieriputti (amorcillos), veneras, cornucopias. Hasta la mitad del siglo, la decoración es sobria, pero en la segunda mitad encontramos un esplendor decorativo.
- Las plantas, muy cuidadas matemáticamente, tienden a ser centrales, o en todo caso, a unificar el espacio incluso en las plantas de cruz latina, gracias al uso de interiores anchos y desahogados. Desaparece la tensión longitudinal propia del gótico.
- como novedad, entre los tipos de edificios aparece el palacio urbano, y otros edificios no religiosos como hospitales y bibliotecas, pero por supuesto se siguen construyendo iglesias y fortalezas. El palacio urbano aparece aislado, con cierto aire de fortaleza debido al almohadillado, conjugando funciones públicas y privadas. Suele constar de un patio central cuadrado y tener tres alturas, con superposición de órdenes. - los materiales empleados son variados: ladrillo, sillares de piedra (se usará mucho el almohadillado), mampostería (normalmente disimulada con placas de mármol o piedra, como hacían los romanos).

3. ARQUITECTURA DEL QUINQUECENTO.- Desplazado definitivamente de Florencia a Roma el epicentro artístico, la ciudad de los Papas, centro de poder religioso y político albergará los proyectos más logrados y ambiciosos. No olvidemos que en esta época Roma se está renovando: Julio II, León X y Alejandro VI (el papa Borgia) se empeñan en modernizar la ciudad y reconstruir la basílica del Vaticano. El dinero afluye en cantidad gracias a las bulas papales (que por otro lado contribuirán a crear el problema protestante). Aunque la arquitectura del XVI asume en general lo visto en el Quattrocento (especialmente a lo que a proporción se refiere), la palabra que mejor define la arquitectura del Quinquecento es monumentalidad, dándose más importancia al carácter estructural (masas, vacíos) de la obra que a sus aditamentos decorativos. Un nuevo modelo de edificio será la villa de recreo (no con finalidad agrícola).




tema 19. evolución de la arquitectura renacentista italiana: Brunelleschi, Alberti, Bramante y Palladio.
El primer arquitecto del Quattrocento que rompe con la tradición gótica es Filippo Brunelleschi. Nacido en Florencia, tras perder frente a Ghiberti el concurso de las puertas del baptisterio viaja a Roma donde se empapó de la tradición clásica: volúmenes cúbicos, líneas rectas, proporción… Regresa en 1410, y gana otro concurso, en 1418, esta vez para terminar la cúpula de Santa María de las Flores, la catedral de Florencia. El espacio era de 41 m, más que el Panteón de Roma.
Santa María dei Fiori.
Santa María dei Fiori
Brunelleschi. Interior de la cúpula de Santa María dei Fiori
 Sobre el muro del tambor, de 4 m. de anchura, Brunelleschi hizo una estructura en forma de red, con 24 nervios verticales (8 principales, el resto secundarios) y 11 horizontales, construidos con ladrillos colocados en espina de pez, lo que daba gran solidez al conjunto, reforzado con tirantes de metal y madera que unían la cara interior y exterior de la estructura. Ésta se fue construyendo por hiladas horizontales, sin necesidad de cimbras. Así resultaron como 2 cúpulas, ambas apuntadas: una externa, más grande, y otra interior más pequeña, dejando espacios huecos entre ambas, lo que la aligeró bastante. Al exterior los 8 nervios principales están decorados con mármol blanco, resaltando la volumetría externa. El conjunto está rematado por una linterna cuyos 8 contrafuertes terminan en volutas, que ilumina la cúpula igual que en Panteón, pero sin que la lluvia entre en la iglesia. Tiene más de 100 de altura interior y casi 116 al exterior con la linterna, que se concluyó tras la muerte de Brunelleschi.
Brunelleschi. Capilla Pazzi, Cúpula desde el interior
Brunelleschi. Capilla Pazzi (interior)

Otra obra suya es la capilla Pazzi, quizá la más “romana” de sus obras: es una capilla funeraria de planta central, basada en la proporción áurea, en la que utiliza arcos de medio punto, orden toscano, cornisas y entablamentos clásicos. La cúpula cónica, muy ligera, es gallonada al interior, y tiene una pequeña linterna y se levanta sobre un tambor. La decoración interior es sobria, con esgrafiados que resaltan las líneas arquitectónicas.
Brunelleschi. Iglesia del Santo Spirito
Brunelleschi. San Lorenzo (planta)
Brunelleschi. San Lorenzo (interior)
Brunelleschi. San Lorenzo (exterior)
Brunelleschi. San Lorenzo (interior)
Otras obras suyas, que recuerdan las basílicas paleocristianas, son la Iglesia del Santo Espíritu y la iglesia de San Lorenzo, todas en Florencia. En esta última destaca su proporción matemática y esbeltez. Los tramos de las naves laterales están cubiertos con pequeñas bóvedas hemisféricas. En la nave principal, las columnas corintias soportan una pequeña sección de entablamento completo (arquitrabe, friso, cornisa) sobre el que se levantan los arcos formeros de medio punto. La iglesia se hace más ancha a partir del crucero, de manera que su cabecera es tan larga como la nave mayor.
Alberti. Fachada de Santa María Novella (esquema en sección áurea)
Alberti. Santa María Novella
Alberti. San Andrés de Mantua (fachada)
Alberti. Esquema de la fachada de San Andrés de Mantua
Alberti. San Andrés de Mantua (interior)
Alberti. San Andrés de Mantua (planta)
Alberti fue otro gran artista, al que añadió una portentosa cultura que le llevó a teorizar sobre la Arquitectura (De Re Aedificatoria), pintura, escultura y música. Una de sus obras más conocidas es San Andrés de Mantua, en la que destaca la majestuosa fachada que recuerda a un arco de triunfo con un frontón triangular, coronado a su vez por una bóveda de medio cañón abierta. Al interior, una sola nave con capillas laterales y una bóveda de medio cañón de casetones recuerdan el interior de las termas romanas.
Alberti. Palacio Rucellai
Michelozzo. Palacio Medici-Riccardi
 El  Palacio Ruccelai es un edificio de planta rectangular con patio interior porticado en orden corintio, y tres alturas. La fachada, con predominio de líneas horizontales fuertemente marcadas por los frisos que separan cada planta, está almohadillada, aunque con distinta traza en cada planta. Cada planta está dividida por pilastras (más estrechas cuanto más arriba), entre cada una de las cuales hay un vano (pequeños ventanucos en la planta baja, ventanas geminadas separadas por columnas enmarcadas por arcos de medio punto con un óculo en la enjuta en los pisos superiores), creándose ritmos verticales y horizontales. Existe superposición de órdenes (toscano, jónico, corintio). En la planta baja vemos un banco corrido que servía para la espera de los clientes, y un zócalo decorado con una imitación en piedra del opus reticulatum romano. El edificio está rematado por una cornisa sostenida por ménsulas. La planta baja se destinaba a uso público, mientras que las superiores eran privadas. El mayor tamaño de los sillares de la planta baja y la pequeñez de estos vanos le dan a esta planta baja sensación de fortaleza. Este edificio se inspira en uno anterior de Michelozzo, el palacio Médici-Ricardi.
Bramante. San Pietro in Montorio
Bramante. San Pietro in Montorio (sección)
Bramante. San Pietro in Montorio (planta)
Ya en el Quinquecento aparece la figura de Bramante, el arquitecto más famoso de su generación, del que no obstante no nos quedan muchas obras, aunque fue el que diseñó la nueva basílica de San Pedro. Su construcción más conocida es el templete de San Pietro in Montorio, en Roma, realizado por encargo de los Reyes Católicos en el lugar en el que según la tradición murió San Pedro. Se trata de un pequeño templo de planta circular que recuerda a los tholos griegos, períptero, de orden toscano, levantado sobre un estilóbato y un pequeño podio. La cella (de 4,5 m) es circular con 3 puertas y cuatro vanos (uno entre cada puerta y el altar). Las columnas sostienen un friso con triglifos y metopas sobre el que hay una cornisa, y sobre ella, una balaustrada que rodea un tambor (decorado con nichos alternativamente adintelados y en venera, y también con 4 vanos) que sostiene un cúpula hemisférica rematada por una peana que recuerda a una linterna. Bajo la cella hay una cripta que señala en lugar exacto de la crucifixión. Todo está determinado por la proporción y la armonía, tomando el círculo como símbolo de la perfección divina.
Bramante. Planta de San Pedro en el Vaticano.
                Palladio, de una generación posterior, también estudió el arte clásico y escribió Los cuatro libros de la Arquitectura, que  tuvo gran difusión. Trabajó en la zona de Venecia (donde construyó la Iglesia de Il Redentore), especialmente en Vicenza, donde realizó el Teatro Olímpico, y sobre todo, su famosísima Villa Capra. Se trata de una villa de recreo, de corte profundamente clásico.
Palladio. San Giorgio Maggiore
Palladio. Il Redentore
Palladio. Villa Capra

Se trata de una planta cuadrada con 4 fachadas iguales que convergen en una cúpula central alrededor de la cual se organizan las estancias. Una planta inferior, para el servicio, sirve para elevar el conjunto, al que se accede por amplias escalinatas flanqueadas por muretes. En cada fachada hay un pórtico jónico hexástilo con fuste liso, rematado por un frontón triangular, apenas decorado por dos pequeños óculos y un escudo en el centro. Encontramos estatuas sobre los vértices de cada frontón y sobre los muretes de cada escalinata. Esta construcción se inspira en el Panteón, y a su vez, inspiró otras obras, como la casa de Thomas Jefferson en Monticello, o el Albert Hall.

Pallado. Villa Capra (sección y planta)

Thomas Jefferson. Villa de Monticello


TEMA 20: La escultura renacentista: Donatello y Miguel Ángel

1. CARACTERÍSTICAS.- la abundancia de esculturas de época romana en Italia, y el conocimiento que de ellas tenían los escultores, hizo que el paso del Gótico al Renacimiento no fuera tan brusco como en la arquitectura. Algunas características ya se habían iniciado en el Gótico, pero se perfeccionan en el Quattrocento: Naturalismo, importancia de la figura humana, independencia respecto a la arquitectura, aplicación de la perspectiva (en el relieve) y la aparición de nuevos temas no religiosos: mitológicos, retratos, alegorías… Y reaparece el retrato ecuestre.

2.- QUATTROCENTO.- La escultura se inicia con Ghiberti, que rompe con el gótico en las puertas del baptisterio de la catedral de Florencia (tras ganar en 1400 el concurso a Brunelleschi, representando el tema del Sacrificio de Isaac), con magníficos relieves en bronce. Primero realizó los 28 paneles con marco polilobulado de la puerta norte, y luego los 10 paneles la oeste (conocida como Puerta del Paraíso), en la que empleó 27 años.


Ghiberti. Puertas del Paraíso: Salomón y la reina de Saba










Ghiberti. Puertas del Paraíso












Ghiberti. Puertas del Paraíso: historia de Isaac

Sin embargo, su discípulo Donatello está considerado como el mejor escultor del Quattrocento. Colaboró con Ghiberti en la realización de la Puerta del Paraíso, formándose como broncista. Su estilo viene determinado por su conocimiento de la estatuaria romana antigua, que fue a conocer a Roma junto con Brunelleschi, por lo que sus obras son realistas, naturalistas, con perfecto dominio de la anatomía humana, transmitiendo fuerza y emoción. Retrató al ser humano en todas sus etapas, desde la niñez a la vejez. Como en el relieve romano, utiliza el stiacciato y la perspectiva para dar profundidad a sus relieves. En el San Jorge, esculpido para el Orsanmichele vemos un volumen construido en diferentes planos de profundidad y determinado, de arriba abajo, por tres óvalos: el rostro, el pecho y el escudo, y todo ello dentro de un óvalo mayor. La obra transmite la virtu del ciudadano, su categoría moral, el ideal del caballero cristiano, apuesto, sereno, resuelto y contenido pese al puño cerrado y el inicio de movimiento que se queda en una ligera torsión del cuerpo y de la cabeza. En el David (1420) vemos la primera estatua fundida en bronce desde la Antigüedad. Ahora nos presenta un adolescente, desnudo, que parece no muy seguro de su triunfo. Donatello nos ofrece una reflexión clasicista que nos recuerda a Ghiberti. Con espada y Casco, contempla la cabeza que acaba de cortar con la espada que lleva en la mano, mientras que la otra la apoya en su cadera. El cuerpo realiza un gracioso contraposto, evitando la línea vertical. En la Cantoría de la catedral de Florencia crea un altorrelieve de putti danzantes. Por último, veremos su retrato ecuestre en bronce del Condottiero Gattamelata (1450), de nuevo el primero desde la Antigüedad, evidentemente inspirado en el del emperador Marco Aurelio.
Donatello. David
Donatello. Condottiero Gattamelatta
Donatello. Cantoria de la catedral de Florencia
Donatello. San Jorge

















3. CINQUECENTO.- La escultura encuentra su plena madurez con Miguel Ángel, hombre de gran cultura, junto con Leonardo y Rafael prototipo del humanista renacentista que dominaba con gran soltura todas las artes. Está considerado el mejor escultor de todos los tiempos, si bien también fue un gran arquitecto y pintor. Nacido y formado en Florencia junto a Ghirlandaio, pasó luego a la escuela creada por Lorenzo de Médicis, donde junto al broncista Bertoldo di Giovanni se familiarizó con la escultura clásica, como vemos en el Baco ebrio. Era un escultor nato, dotado por la naturaleza con este don de manera genial. Entendía que la escultura era, al contrario de la pintura, eliminar materia: “la escultura se hace a fuerza de quitar [materia de la piedra], pues lo que se hace a fuerza de añadir se asemeja más a la pintura”. 
Miguel Ángel. Baco ebrio
Miguel Ángel. Piedad del Vaticano

Miguel Ángel. David

Miguel Ángel. Moises

Miguel Ángel. Esclavo

En 1497 comienza la Pietá del Vaticano, que le dio mucha fama. Se ve a una Virgen apenas adolescente sentada que sostiene el cuerpo de Jesús sobre sus ampulosos ropajes. Su rostro refleja un dolor sereno. La composición es piramidal. Pero su definitiva consagración la consiguió con el David (1501), una monumental escultura que encontró iniciada y desechada en un bloque de piedra. Mide más de 4 metros, y destaca el perfecto estudio anatómico de un cuerpo joven desnudo. Representa a David en el momento en el que con la piedra en la mano y la honda al hombro, mira a Goliat antes de lanzarle la piedra que lo derribará. El rostro transmite ira y tensión, que contrasta con la serenidad de la pose de su cuerpo. Tuvo tanto éxito que fue colocada en la plaza de la Signoría, convirtiéndose en el símbolo de la ciudad. Viaja a Roma y recibe el encargo de realizar el sepulcro de Julio II, para el que diseña un gran proyecto que sólo se realizará en una pequeña parte, pero una de las figuras es excepcional: el Moisés, que se convierte en el ejemplo de la terribilitá miguelangelesca, mezcla de fuerza arrebatadora y de serenidad que ya anuncia el manierismo. De esta misma época son los Esclavos, que también iban a formar parte de la tumba. Su siguiente gran obra son los sepulcros de los Médicis en la Sacristía de San Lorenzo, donde logra captar la diferente psicología de los retratados (Gugliano y Lorenzo de Médicis), uno frente a otro y acompañados de figuras alegóricas del tiempo (la Aurora y el Crepúsculo, el Día y la Noche). Sus últimas obras Pietá Palestrina, Pietá Rondanini -1560-) muestran la crisis personal y social que sufre el artista (Saco de Roma, problemas personales) en forma de un dramatismo prebarroco.
Miguel Ángel. Sepulcro de Gugliano de Médici

Miguel Ángel. Piedad Palestrina
Miguel Ángel. Piedad Rondanini




Miguel Ángel. Sepulcro de Lorenzo de Médici







21. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA PINTURA RENACENTISTA ITALIANA



Introducción. 
Al igual que ocurre con la arquitectura, la base de la pintura renacentista la encontramos en los humanistas admiradores del mundo grecorromano. Al aristotelismo, que había acercado el arte a la realidad, se añade el neoplatonismo (Marsilio Ficino), que aporta el idealismo. Así, sobre la base de realidad que ya habían descubierto los primitivos flamencos, el espíritu intelectualista italiano integra la naturaleza, idealizándola. Estos principios ya aparecen en De Pictura, de Alberti. 


También la pintura descansará sobre la geometría y las matemáticas, como ya habíamos visto en Giotto, al que podemos considerar el último pintor gótico o el primer renacentista. La perspectiva y la ciencia de los números constituirán una obsesión de los pintores. Como hace Lucca Pacioli, buscarán en el número el misterio del arte. En su libro “de Divina Proportione” establece la armonía numérica, continuando la que se había establecido ya en la época clásica. En su obra formula el principio de sección áurea: “para que un espacio dividido en partes desiguales resulte agradable, deberá haber entre la parte más pequeña y la mayor la misma relación que entre la mayor y el todo”.

La nueva valoración social del artista hará que ya no existan obras anónimas, que proliferen las distintas escuelas y que haya cierta competencia entre ellas. Igualmente, los mecenas (al tradicional mecenezgo de la Iglesia se le añade el de la aristocracia y la burguesía) también compiten entre ellos por contratar a los mejores pintores. Se establecen minuciosos contratos en los que se especifica hasta el más mínimo detalle: tema, tamaño, figuras y su colocación, etc., lo que ha redundado en una relativamente abundante documentación sobre las obras de arte a partir de este período. Los más ricos incluso se permitían tener “a sueldo” a importantes artistas que trabajaban en exclusiva para ellos.
Características
-La recuperación de la mímesis.- La perspectiva, perdida desde el arte romano, que había intentado reaparecer a finales del gótico, se estudia desde el punto de vista geométrico-matemático, perfeccionándose a lo largo del s. XV. De esta manera, al evidenciar el punto de fuga y las líneas que confluyen en él, se consigue crear una fuerte ilusión de profundidad o tercera dimensión sobre una superficie que sólo tiene dos. A ello también contribuirá, en el XVI, el tratamiento de la luz (que sirve para definir sombras, planos y unificar el ambiente) y el color (que sirve para dar relieve, profundidad y sensación de realidad), recuperando la mímesis que también había existido en el arte de Grecia y Roma. En el tratado de la pintura de Leonardo se evidencia el conocimiento que el autor tenía acerca del comportamiento de la luz y los colores en relación a la distancia a su entorno. El estudio de la anatomía humana (recordemos los cuadernos de Leonardo) y su proporción también aporta realismo y naturalismo a las representaciones. Los fondos y el paisaje cobran gran importancia al convertirse en el lugar donde se colocan las figuras y objetos, guardando además la proporción entre ellos. El tratamiento que recibe es tan importante como el que se aplica a las figuras, convirtiéndose en ocasiones en el verdadero protagonista del cuadro. La perfección en la captación de la realidad llega a su punto culminante en la primera mitad del s. XVI, con Rafael.
-Los temas se amplían, pues junto a los temas religiosos –que siguen siendo los más abundantes, especialmente las representaciones de la Virgen o Madonnas- se consolidan temas profanos que ya habían aparecido a finales del gótico, como la alegoría (ideas abstractas representadas como imágenes. Por ejemplo la representación de los sentidos, del vicio versus la virtud, etc.) y el retrato, que intenta además reflejar la psicología o carácter del personaje, cuidando mucho la expresión, la posición de las manos, la riqueza de los vestidos, los gestos… Y también refleja el afán de la aristocracia o la burguesía de inmortalizarse, y aparecen otros nuevos como los mitológicos (con el uso del desnudo), y ya en el XVI, bodegones y paisajes.
-Las técnicas usadas son la pintura al temple, normalmente sobre tabla, y desde el último tercio del XV, el óleo, primero sobre tabla y más tarde sobre lienzo, lo que facilitará la creación de pinturas de gran tamaño. El uso de esta técnica posibilitará la veladura, unas calidades y un detallismo inimaginable (excesivo en el Quattrocento), con el uso incluso de pinceles de un solo pelo. También será importante la pintura al fresco.
-El dibujo predomina sobre el color, utilizándose como delimitador de las formas, de manera que los contornos son nítidos (incluso demasiado en el Quattrocento, delimitados por líneas).
-Las composiciones suelen ser claras, estáticas, predominando las piramidales y con cierta simetría. En todo caso, se independizan del marco arquitectónico y suelen ser mucho menos rígidas que en el gótico.
Periodización
 El Quattrocento es el período de formación, que comprende el s. XV y se centra en la ciudad de Florencia, donde hubo una increíble explosión de creatividad y genialidad (Masaccio, Fra Angelico, Piero della Francesca y Botticelli). ElQuinquecento es el período de plenitud, en el que los artistas consiguen la mímesis en su totalidad, y aunque Florencia sigue siendo un centro artístico notable, cede su puesto a Roma, donde trabajarán los artistas más importantes (Leonardo, Rafael, Miguel Ángel, Tiziano). Y por último el Manierismo, que desde antes de la mitad del s. XVI, es un estilo que ya anuncia el Barroco, introduciendo desequilibrio y tensión en las composiciones (Tintoretto, Veronés, Arcimboldo)



















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